La dislexia y el cerebro
La dislexia es el problema de aprendizaje más común en Estados Unidos, y afecta a entre el 5 y el 17 por ciento de la población.
Eso significa que millones de escolares de todo el país luchan contra ella. En virtud de la Ley de Educación para Personas con Discapacidades (IDEA), las escuelas están obligadas a proporcionar servicios especiales para ayudar a estos estudiantes. Estos servicios pueden ser costosos y muchas escuelas simplemente no tienen los recursos para proporcionar estas adaptaciones a los estudiantes con dificultades.
La dislexia solía denominarse "ceguera de la palabra" porque las personas con dislexia no procesan de forma natural la palabra escrita. No pueden dividirla fácilmente en unidades más pequeñas que puedan convertirse en sonidos y unirse. Esto hace que la lectura sea un proceso laborioso y a menudo agotador.
Según un nuevo estudio de neurocientíficos del MIT, una firma neuronal distintiva encontrada en el cerebro de las personas con dislexia podría explicar por qué estos individuos tienen dificultades para aprender a leer. Los investigadores descubrieron que en las personas con dislexia el cerebro tiene una capacidad disminuida para aclimatarse a una entrada repetida. Este rasgo se conoce como adaptación neuronal. Por ejemplo, cuando los estudiantes disléxicos ven la misma palabra repetidamente, las regiones del cerebro implicadas en la lectura no muestran la misma adaptación que se observa en los lectores típicos. Esto sugiere que la plasticidad del cerebro, que subyace a su capacidad de aprender cosas nuevas, está reducida. Cuando se les presentaba información nueva que se había mostrado en un ensayo anterior, los individuos veían y procesaban la información como si fuera completamente nueva.
Los expertos y los padres dicen que hay cosas clave que pueden ayudar.
Cuanto antes intervenga, mejor.
Las investigaciones sugieren que la ayuda a la lectura temprana e intensiva es la más eficaz. Cuando a muchos niños se les diagnostica formalmente la dislexia, a menudo ha pasado un tiempo valioso. Los programas de detección precoz de la alfabetización, más allá de las pruebas estandarizadas que se administran, pueden ser fundamentales para ayudar a identificar a los niños de riesgo. El inicio de programas específicos de lectura a una edad temprana ha demostrado tener éxito.
Encuentre otra cosa en la que su hijo destaque.
Los expertos afirman que los niños con dislexia tienen un mayor riesgo de depresión. Cultivar otra pasión, en la que haya una relación más directa entre el esfuerzo y el éxito, es útil. Ya sea el deporte, la informática, la música, el arte o la repostería, ayude a su hijo a encontrar algo que le guste hacer y que requiera habilidad y genere confianza y orgullo.
Haz un plan financiero.
Lo ideal es que las escuelas ayuden a los niños con dislexia, pero muchas no tienen los recursos para hacerlo. Eso significa que los padres que pueden permitírselo suelen asumir el coste de las pruebas externas y el tratamiento especializado. A menudo esto obliga a las familias a tener que echar mano de los fondos de ahorro para la universidad, o incluso a agotarlos, para pagar la necesidad más inmediata de servicios. Tener un plan financiero a largo plazo puede ayudar a orientar estas difíciles decisiones.
Centro del Cerebro de Carolina.
Estamos equipados para examinar y tratar a niños y adultos con dislexia. El tratamiento da como resultado una mejora en la capacidad de leer y comprender el material, una mejora en el rendimiento en matemáticas y un sentimiento general de autonomía porque el aprendizaje se hace más fácil.